Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 30 de septiembre de 2017

SOBRE UN ADIÓS.

O mas bien, hasta luego.

Hasta luego a mi camarada y amigo, el Ilustrísimo Sr. D. Jesús Flores Thies, Coronel de Artillería, luchador incansable por la Patria que siempre defendió, ya fuera con las armas, con la palabra o con los lápices de excepcional dibujante.

Conocí a Jesús Flores a través de otro gran camarada y amigo, Arturo Robsy. Desde entonces, sus Implacables me trajeron la alegría del reencuentro con el amigo y el maestro, y el conocimiento y la inteligencia que siempre desplegaba en sus páginas. Además, las copias de las muchas cartas que remitió a tantos malandrines a los que intentaba desasnar, rebosante siempre de fe y esperanza y, a veces, con el puntito de asco inevitable cuando se trata con gentuza de la peor calaña.

Caballero español en toda la extensión del concepto, amigo, camarada, el Coronel Flores Thies -mi Coronel- no nos ha dejado; simplemente, ha cambiado de destino y ahora forma ya la guardia sobre los luceros.

Jesús Flores Thies: ¡Presente!

jueves, 28 de septiembre de 2017

SOBRE EL RUFIÁN.


Pocas veces ocurre que un apellido defina a quien lo lleva mejor que una tanda de calificativos. Este es el caso del rufián Rufián, que va por la vida avisando de su condición desde el DNI. El DNI español.

El rufián Rufián dijo ayer -según 20 minutos- que Cataluña -esto es: su Catalunlla, la del tres por ciento y similar- quiere recuperar el país que le robaron hace 80 años.

Lo cual -salvo ignorancia matemática del rufián, nada descartable- sitúa la escena en 1937. La dorada y maravillosa época en que comunistas, trotkistas y anarquistas se mataban por las calle de Barcelona, y los burgueses -que eran todos los demás, según la típica definición marxista- se acojonaban. No tanto de Franco, sino de los anarcoguarros y los estalinistas que los tenían de rehenes.

Si el rufián Rufián tuviera conocimientos históricos -impensable en gentes de su rufianesca calaña- sabría que el "país" que dice que le robaron a su Catalunlla, sería en todo caso el que los paletos separatistas de aquél momento -por concretar, de tres años antes de lo que cita- hicieron imposible por el golpe de Estado de Octubre del 34, cuando la II República tuvo que mandar al Ejército para meter en vereda a los cenutrios de entonces.

O sea: que fueron ellos mismos, los separatistas, los que metieron la pata -las cuatro- hasta el fondo, levantándose en armas, no contra el Gobierno democráticamente elegido de la República, sino contra la República misma. Total, lo mismo que ahora, porque hay zotes que no aprenden de la Historia y vuelven a dar una y otra vez la misma vuelta en la misma noria. Y sin anteojeras, que ya supone, mas que estupidez, vicio. 

Ni siquiera los borricos son más burros que ciertos rufianes.

jueves, 21 de septiembre de 2017

SOBRE LA LEY Y LA IGUALDAD.

La ley -ya lo dicen los interesados- es igual para todos. También es cierto que todos somos iguales, pero unos más iguales que otros, según afirmaban los cerdos de Orwell. 

Ayer, dado que las Fuerzas de Seguridad del Estado cumplían las órdenes judiciales y se incautaban de material para el golpe de Estado separatista en Cataluña, y de paso detenían -por orden judicial- a los instigadores, promotores y ejecutores de un delito de sedición, unos cuantos energúmenos -según 20 minutos, la Guardia Urbana de Barcelona los cifraba en unos 3.800- se concentraron para hacer lo que su condición les demandaba; esto es: berrear y ciscarse en la Policía -como es tradición en los anarcoguarros pancatalanistas- y en la Ley.

Uno no puede por menos que recordar sucesos comparables, aunque de sentido contrario, y establecer similitudes. O, mejor dicho, diferencias. Diferencias de esas que la Ley no permite.

Ya lo he contado en otras ocasiones, así es que resumiré: en 1979, por ésta época, hubo un atentado donde los separatistas baskos asesinaron a varios Jefes y Oficiales de la Armada. Se convocó una manifestación espontánea de repulsa -tan espontánea y tan legal como la de los paletos catalanistas de ayer- que la Policía tuvo a bien obsequiar con sus botes de humo y sus pelotas de goma. Humos y pelotas que ayer no hicieron acto de presencia, acaso por no tenerlas disponibles.

En 1981, una treintena de militantes de Fuerza Nueva fuimos detenidos por pegar unos carteles que -¡horror- carecían de pié de imprenta. Supongo que las papeletas, sobres, listas, tontas y mediopensionistas incautadas a los paletos separatistas incumplen algo más que la mera formalidad administrativa, pero no tengo noticias de que hayan sido detenidos sus depositarios.

En otro orden de cosas, ignoro a qué coño espera el señor Rajoy para tomar las medidas legales pertinentes, y me gustaría saber si acaso el hecho de la propaganda antisistema financiada con dinero público; si la prevaricación de los más altos cargos del gobierno regional catalán; si la desobediencia continua a los requerimientos del Estado del que estos cargos emanan; si el desafío permanente a la legalidad y al sentido común; si hechos puntuales como que el puerto de Palamós (Gerona) no haya permitido atracar a uno de los barcos que el Gobierno ha enviado para que sirva de base a las fuerzas policiales enviadas a meter en cintura a los delincuentes; si que la Guardia Civil permanezca horas sitiada por los aldeanos anarcoguarros; si todo esto, señor Rajoy, no es suficiente motivo para aplicar el constitucional artículo 155, suspender el gobierno regional y mandar a los cazurros que lo forman a su casa. O a donde proceda, según sus responsabilidades.

Por otro lado, ayer se cumplía el aniversario de la fundación de La Legión. ¡Qué motivo para haberles ofrecido a los legionarios un buen homenaje!

Y esta afirmación que precede no es, en ningún modo, una insinuación de la aplicación del igualmente constitucional artículo 8. Mandar la Legión a desasnar paletos separatistas es como matar mosquitos a cañonazos. Y además, es lo que los mandamases, los cabecillas y los que se largarán a Andorra cagando leches, en busca de sus bien robados cuartos, si llegan a pintar bastos, desearían. 

Pero, de verdad, no hace falta llegar a eso. Y menos aún a aplicar la receta napoleónica de disparar unos cañonazos a las turbas, que harían la felicidad de los puigdemontes, las colaus, los tardás y los rufianes -sustantivo y calificativo, en este caso-  y todos esos y esas y eses, que ni saben lo que son -porque cada uno es de una leche- ni lo que quieren, pero lo quieren ya.

En este asunto del golpe de Estado de los separatistas catalanes basta -lo he repetido un par de veces al menos- con aplicar la Ley. Con aplicársela igual que al resto de los pobres ciudadanitos que no tenemos cargo del que chupar, ni bote que saquear, ni presupuestos que trincar; de los que somos españoles por la Gracia de Dios, o porque sabemos lo que eso supone, o porque nos da la real gana, y no admitimos que otros nos vengan a quitar lo nuestro. Porque España es nuestra, de todos y cada uno. 

Hay separatistas catalanes que aducen que esto es como si fuera una comunidad de vecinos, y que ellos no están a gusto y se quieren ir. Lo cual es justo y nadie se lo impide: se pueden ir cuando quieran. En España no se le ha prohibido a nadie salir del territorio nacional -salvo cuentas pendientes con la Justicia- desde que los rojos dejaron de mantener cerradas las fronteras. 

Los que no estén conformes en esta comunidad, se pueden ir cuando quieran; ¡lo que no pueden hacer es llevarse el piso, coño!.


miércoles, 6 de septiembre de 2017

SOBRE EL NO SE QUÉ DE LA DEMOCRACIA.

El no se qué, el no se cuantos, el vaya usted a saber y la repanocha en verso, porque de todas formas lo ha dicho la señora Sáenz de Santamaría para referirse al golpe de Estado de los separatistas catalanes.

A la referida doña Soraya ha debido impactarle profundamente el ataque a la democracia. Es lo único que ha dicho, -¡mire profe que esto no es democrático!-: que lo de los aldeanos separatistas es dictatorial, que no ha visto nunca en su vida un atentado así a la democracia

Y uno se pregunta para qué coño necesitamos a una señora Sáenz de Santamaría convertida en vicepresidenta del Gobierno de España, si el ataque a la unidad española le importa un carajo; si a España ni la nombra cuando la apuñalan por la espalda los villanos del cuento paleto, ni se le ocurre hablar de traición a España, de sedición, y de la reacción adecuada y suficiente.

Reacción sumamente pacífica, legalista y democrática que ya expuse hace meses en este mismo diario.

Así es que, mientras doña Soraya se solaza en la democracia de los cojones, yo aviso desde aquí a quien mande ahora en el glorioso Cuerpo de la Infantería de Marina de España -la primera del mundo- que sigo viviendo en el mismo sitio, y que -aunque ya no esté uno para muchas alegrías-, me pueden movilizar para lo que sea necesario. Que aunque sólo sea para hacer bulto, ya valdré.

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