Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 25 de julio de 2017

SOBRE LA MENTIRA OLÍMPICA.

La que, con motivo del 25 aniversario de la Olimpiada de Barcelona, están propalando los medios de comunicación.

Nos dicen que aquella Olimpiada fue posible por la unidad de los españoles, por una Cataluña unida a España y a la cabeza de la misma en aquél asunto. Nos dicen que eso, ahora, no sería posible por el radicalismo separatista de hoy.

Y todo eso es mentira. Con todas las letras: mentira.

Y para que no me digan que falto a la verdad, aquí les traigo la portada y dos páginas interiores del número 34 de EJE -publicación de Juntas Españolas-, que demuestran claramente lo que afirmo. Ya entonces, en 1992, el separatismo catalán era protegido y fomentado desde las Instituciones; ya entonces la Bandera de España era quemada por los hijos de puta del separatismo; ya entonces las llamadas Fuerzas de Seguridad del Estado miraban a otro sitio; ya entonces se exhibían pancartas -eso sí, en inglés- diciendo que Cataluña no era España. Ya entonces los separatistas de Catalunlla se quedaron con los cuartos de todos para su particular interés. Ya entonces los separatistas nos robaban a todos.

Como entonces no se hizo lo que había que hacer, ni hubo lo que tenía que haber, aquellos polvos han traído estos lodos. 

Y los culpables, evidentemente, no son -no sólo, al menos- los separatistas aldeanos, paletos y cavernícolas, sino los que, desde el Estado -Felipe González, José María Aznar, José Luís Rodríguez, Mariano Rajoy- no lo han impedido.

(Pulsen sobre las fotos para verlas a tamaño grande)


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