Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 18 de julio de 2017

SOBRE LA GUERRA CIVIL.


Hay gentes que no aprenden en cabeza ajena. Suelen ser los más necios -en la primera acepción de la palabra según el diccionario, aunque sin descartar las segunda y tercera-, los más tontos -en casi todas las acepciones-, y los más desesperados.

También hay gentes que no aprenden en cabeza propia, y siguen dándose golpes contra una piedra, en la confianza de que el pedrusco se partirá antes que su cráneo.

Hay, también, gentes que aún conociendo lo inútil de sus pretensiones, machacan con una mano sobre hierro frío para evitar que los palurdos que los contemplan noten que, con la otra mano, les están aligerando la cartera.

Y hay, finalmente, gentes que, por mucho que se les advierta de que el camino que siguen sólo conduce a un precipicio, y es sólo de ida, continúan caminando hasta llegar al borde. Un borde donde se detendrán y dejarán que sus seguidores avancen hasta caer al fondo.

Todo este preámbulo -largo, si que necesario- viene a cuento de la próxima guerra civil catalana. 

Ya estoy viendo a los catalanistas echándose las manos a la cabeza, con lo demócratas y tolerantes que son ellos, faltaría más; ya estoy oyéndome llamar de todo, particularmente fascista, que es cosa que a ellos les debe parecer muy gorda, aunque no tienen ni puta idea de lo que es.

Pero esperen; tómense la molestia de leer lo que sigue:

El director de los Mossos deja el cargo a 75 días para el referéndum:
“La policía no es de nadie, es de todos. No es de un partido ni de un gobierno”, defendió el día de su toma de posesión Albert Batlle.

Los mossos exigen quedar “al margen” de la tensión política.

Pascal dice que “los soldados del PDeCAT” están dispuestos a todo en defensa del referéndum
Marta Pascal, coordinadora del PDeCAT, ha asegurado este mediodía que todos los "soldados" del PDeCAT están dispuestos a hacer "lo que haga falta" desde el punto de vista de la responsabilidad y de compromiso con el referéndum del 1 de octubre.

El exdirector general de Seguridad Ciudadana de la Generalidad, Miquel Sellarès, ha pedido que se impartan cursos a los Mossos de Esquadra para que "estén preparados para asumir la seguridad nacional" de Cataluña el "día después" de la proclamación de la ruptura.

O sea, que son ellos los que hablan de soldados y de ejércitos. Y resulta que los políticos separatistas catalanes quieren que sus mozos de escuadra sean el ejército de su presunta Catalunlla independiente, porque hay que ver todos estos pacifistas, tolerantes, demócratas y otras malas hierbas, cómo se pirran por jugar a los soldaditos en cuanto su estupidez les hace pensar que llevan las de ganar.

Pero su ejército les sale respondón -inevitable cuando una fuerza armada se siente mal dirigida, mal mandada, mal comprendida, mal empleada- y advierte que ellos no son "de un partido ni de un gobierno", y que les dejen “al margen” de la tensión política.

Es decir: que si se emperran, lo más probable es que se líen a bofetadas entre los separatistas y los mozos de escuadra, con participación de toda esa purrela de anarcoseparatistas, de gorrinocatalanistas, de guarrokupas y demás fauna asilvestrada al calor de los aldeanos de barretina calada hasta la mandíbula.

Y todo ello -según los altos mandatarios europeos- fuera de la UE, cosa que los cavernícolas separatistas siguen negando porque en ello les van años de cárcel por fraude, por estafa, por malversación de fondos, y por esos ahorrillos en Andorra o Suiza o...

Todo lo cual no traigo a colación por casualidad en este día 18 de Julio, como podrán imaginarse, de la misma forma que esa sentencia joseantoniana que figura justamente bajo la cabecera tampoco es casualidad.

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