Igualdad que promete nuestra bien amada Constitución, y que incluso exige una Directiva europea, amenazando con fieros males a quien ose tratar de manera diferente a quien sea diferente, porque es que los europeos somos así.
Ahora, vean estos dos titulares:
- El País: Detenidas seis personas por agresiones a un grupo de ultraderecha el 12 de octubre.
Seis jóvenes han sido detenidos por agentes de los Mossos d´Esquadra por su presunta relación con una agresión a un grupo de personas que asistieron a la manifestación ultra del pasado 12 de octubre.
- La Gaceta: Seis detenidos por las agresiones a un grupo de extrema derecha el 12-O
Al menos seis personas han sido arrestadas por los Mossos de Esquadra (...) por su supuesta participación en las agresiones que sufrió un grupo de ultras de extrema derecha.
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Los jóvenes o personas han sido detenidos en una casa okupada desde hace la friolera de 17 años, ahí es nada, y varios de los detenidos -según El País- tienen ya antecedentes policiales por delitos de lesiones, daños contra el orden público, contra la salud pública o denuncias por portar armas prohibidas.
O sea: unos angelitos, tanto los detenidos, como los jóvenes y vecinos que -en número de centenar y medio, lo cual no es mucho para un barrio como el se Sants- han cortado la carretera, con pancartas con lemas como "El fascismo avanza si no se le combate" o "Fuera los mossos de nuestro barrio".
Por esta parte, nada nuevo bajo el sol: ellos son jóvenes y vecinos, y por lo tanto pueden apalear, tirar piedras o apuñalar a quien quieran. Tampoco nada nuevo bajo el sol del amarillismo y la hideputez de la prensa: la agresión de los jóvenes se justifica porque los que estaban tomando un refrigerio en la terraza de un bar venían de una manifestación ultra.
Y luego, claro, se nos hincharán las narices un día, responderemos con la misma moneda -o con la escala de espléndidas matizaciones que enseñaba un carlista de pro en la anteguerra del 36: al insulto responded con el bofetón; al bofetón, con el palo; al palo, con el tiro- y seremos una banda fascista que agrede a simpáticos navajeros, drogadictos, antisistema e hideputas; eso si, profesionalmente jóvenes.
Con respecto a los titulares y comentarios de ambos periódicos citados y amarillos, sólo indicar al señor fiscal que corresponda la diferencia de trato y el radicalismo que muestran, para que tome las medidas correspondientes, empapelando a los redactores y directores de ambos panfletos.
Comprenderá, señor fiscal, señores jueces, que no vaya en persona a presentar la denuncia. Temo que sería arrestado por un incontenible ataque de risa. No merecen siquiera un modesto cabreo.
Comprenderá también, señor fiscal, que si afirmo y proclamo que los citados y amarillos panfletos son unos marranos, lo hago sin intención de dudar de su conversión, y por tanto no cabe interpretarlo en el sentido que le adjudicaba don Francisco de Quevedo y Villegas a su archienemigo don Luis de Góngora y Argote, sino que debe entenderse en su literalidad de puercos, cochinos, tocinos, cutos, chanchos si nos vamos a las Américas, guarros, gorrinos; palabras todas ellas que valen por cerdos.