Agujero de un 2% adicional sobre el déficit previsto, que acaba de descubrir el Gobierno del señor Rajoy, según nos refiere la prensa y tomo el enlace de El Mundo.
Agujero que conlleva las -según la señora Sáenz de Santamaría- medidas extraordinarias que hoy han aprobado en Consejo de Ministros.
Medidas que suponen, por ejemplo, la subida del IRPF; es decir, que pagaremos más los que estamos sujetos a nómina, y seguirán sin pagar los que nunca pagan. Que supondrán la bajada de las pensiones y del sueldo de los funcionarios. Que si, que ya se que lo que afirman es que se van a congelar; pero las matemáticas son muy tozudas y ponen la verdad en su sitio y la palabrería político-gilipollesca en la letrina
Porque si a los pensionistas se les sube el 1%, y el IPC ha subido un 2,4%, no hay que ser un lince para ver que los pensionistas perderán el 1,4% de su poder adquisitivo.
Porque si a los funcionarios no se les sube nada, significa que se les baja otro 2,4% el sueldo, lo que sumado al 5% de bajada del pasado año, y las muchas congelaciones similares a la de hoy, pueden fácilmente sumar un quince o veinte por ciento en pocos años.
Otra medida es la subida del IBI, como si ya no estuviéramos hasta los gallardones de la reciente escalada-estafa.
Por lo menos, dentro del atraco indiscriminado a los de siempre, hay alguna medida que en principio no parece descaminada, como la rebaja en las subvenciones a partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicatos. Bienvenida sea, si es como paso previo a la eliminación total de estas subvenciones, porque lo justo es que cada partido, patronal o sindicato se sufrague con las cuotas de sus afiliados. Y si no tiene afiliados, que desaparezca.
Pero de todo esto -en el fondo, ya esperado- lo que me llama la atención es la justificación: ese incremento del déficit sobre lo previsto. Porque aquí pueden pasar varias cosas: que el PP conocía estos datos, y nos ha engañado; o que el PP no lo sabía y -dado que tenía derecho a preguntar al Gobierno- ha sido particularmente inepto en la oposición, incumpliendo sus deberes; o que el PP no lo sabía porque, pese a preguntar al Gobierno, este ha mentido en el Parlamento, en cuyo caso el anterior Gobierno ha cometido un delito del que deberían responder.