En la portada de 20 Minutos de hoy -edición papel de Madrid- me llama poderosamente la atención una foto, que muestra la manifestacion de estudiantes con que celebraron su huelga ayer. Si desean comprobar la mencionada imagen, pulsen sobre la que les ofrezco aquí, que les llevará a la portada del periódico en formato pdf, porque en la edición digital la foto ha desaparecido.
Bien; el caso es que los estudiantes dicen que los recortes en Educación les privan de clases. Su huelga acaso no, tal vez porque son conscientes de que su futuro pasa ineludiblemente por las acampadas gorrinas, las manifas protestofolclóricas, el lloriqueo en busca de teta a la que engancharse y -los más tontos y vagos- por algún escaño en el Parlamento. Los que además tengan máster de sinvergonzonería, y enchufe adecuado, puede que algún Ministerio, según reciente enseñanza. Cosas todas ellas para las que vociferar por las calles gritando pareados cutres, repitiendo tópicos, recreando estereotipos, vomitando cretinez, son buena asignatura.
Tal vez por eso los estudiantes, tan preocupados por su educación y tan solidarios con sus profesores, decidieron ayer mostrar su concienciación ciudadana y su interés social, sacando las pancartas, los estribillos y las banderitas a la calle.
Lástima que -la foto de que hablo lo muestra- los estudiantes que ayer se manifestaron tras la holganza escolar, sólo fueran los más atrasados, los ignorantes, los nostálgicos, los anticuados, los inmovilistas, que andan anclados en la preconstitucional banderilla de la Segunda República.
¿O es que al final van a tener razón doña Lucía Figar y doña Esperanza Aguirre, y todo esto es una huelga política?