Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 19 de septiembre de 2011

SOBRE EL 20 DE SEPTIEMBRE.

Que, como ya sabe todo el mundo -todo el mundo que está en el mundo, vaya; acaso los que están en las nubes lo ignoren- es el aniversario de La Legión, al ser esta la fecha del primer alistamiento en sus filas.

Iba a repetir una vez más lo que La Legión supone para España y para los españoles, según se demuestra cada año en los desfiles militares, en la Semana Santa de Málaga y -por este año- en la JMJ de Madrid. Iba a recordar el código de Honor de que la dotó Millán Astray, la eficacia combativa de que la dotó Franco.

Pero me parece que, mejor que todo eso, será que lean ustedes lo que escribió hace unos días mi camarada Lobo Ibero en su Cruzada Hispánica, cosa que pueden hacer -y se lo recomiendo- siguiendo en enlace a la página.

Sin embargo, no tengan prisa. Quédense aquí unos minutos escuchando El novio de la muerte en una versión extraordinaria y probablemente la más cercana al original de los años 20, simplemente pulsando sobre la ventana del video de Youtube.

SOBRE BILINGÜISMO (por Jesús Flores Thies).

Con motivo de la sentencia de un tribunal catalán sobre la obligación de la enseñanza “bilingüe”, es decir, que el castellano debe ser también una lengua “vehicular”, la flor y nata separatista, apoyada por el PSOE, se niega a aceptar tal sentencia, marginando al español a un rincón lleno de telarañas.

Los catalanistas que mandan ya han dado ejemplo de incumplimiento de las leyes. Recordemos cuando algún tribunal despistado dijo que en vez de dos horas a la semana en español, que fueran 3… Se negaron a cumplir esta decisión y no pasó nada ¿Qué iba a pasar con un gobierno central envilecido que apoya a los bergantes separatistas?

Algún medio de comunicación, entre ellos “la Vanguardia” (vendida al nacionalismo catalán) ha organizado una especie de consulta para averiguar la opinión mayoritaria, es decir, enseñanaza obligatoria sólo en catalán o en “bilingüe”. Y aquí está nuestro problema porque no queremos responder a ninguna de estas preguntas. Y es que somos opuestos al catalán como único idioma para la enseñanza, pero también lo somos al “biligüismo” como única alternativa. Nosotros votaríamos por la enseñanza en español, sin la obligatoriedad de tener que estudiar también el catalán. Y por supuesto, no nos importa que haya quien prefiera perder el tiempo en estudiar exclusivamente en catalán, o que elija un “enriquecedor” bilingüismo.

Lo dicho escandalizará a muchos pero tiene su lógica, que es precisamenter de lo que ellos carecen.

Ya sabemos aquello de que el aprender catalán es “enriquecer la propia cultura”, pero es que la propia cultura, precisamente por ser propia, puede y debe elegirse con libertad. Aquellos que tienen el catalán como idioma materno (oye, o paterno) podrán estudiar exclusivamente en catalán si les da por ahí, lo entendemos; pero aquellos otros que no poseen esta característica no tienen por qué pasar por ese ukase. Porque este idioma catalán no les va a servir en la vida para nada. Y que nadie se enfade, porque esa es la pura realidad.

Nosotros tenemos nietos que han estudiado el bachillerato en catalán, con un tiempo bastante limitado para el español, y hablan ambos idiomas, aunque bastante mejor el catalán. Esperemos que con el tiempo mejoren sus lagunas en el castellano. Lo han querido así sus padres y, como en otros miles de casos, no hay nada que objetar; pero si otros de nuestros nietos se afincaran hoy en Cataluña, no tienen por qué estudiar un idioma que ni les sirve, ni es el suyo.

En la Constitución de la segunda república se decía taxativamente que a ningún español se le podrá obligar a estudiar otro idioma local. Y en Francia, que en eso de la democracia nos lleva alguna ventaja, la enseñanza, la justicia y la administración son exclusivamente en francés. La cantidad de millones de €uros que se ahorran estos franceses, que no necesitan traductores en su Asamblea Nacional ni en los tribunales ni doblar películas…, es incalculable.

Los idiomas son hoy esenciales, pero pensar que a un niño que vive en el país vasco se le obligue, a cara de perro, a aprender el horrendo batúa, resulta criminal. Porque si hay un chau-chau que de nada les va a servir es este “euskeranto” que tratan de imponer, con la traidora complacencia de los gobiernos de Madrid, no importa el color, en aquellas tres provincias, y también en Navarra.

Sería Luciano Bonaparte quien contaría hasta seis dialectos vascos. Nosotros tenemos un diccionario vasco donde observamos la diferencia que hay entre el guipuzacoano, el suletino o el vizcaino, por citar a tres de esos dialectos, que ahora se escriben con abundantes “káes” que ya son obligatorias para toda España. Y no digamos si tenemos en cuenta a los del otro lado del Pirineo. Se demuestra que el batúa-euskertanto es un bodrio idiomático cuando observamos que tenedor se dice al sur de Pirineo “tenedoroa” y al norte “furcheta” ¿A que parece una broma?

Un idioma se aprende por tres razones: por ser necesario, por ejemplo el francés para un español que viaje por Francia; por ser un idioma útil, por ejemplo el alemán o el inglés; y teniendo esta última característica, porque sea un idioma que nos gusta de forma especial, por ejemplo el italiano. Fuera de este campo, las imposiciones son bastardas, sectarias y, si se trata de niños, crueles.

Así que, de votar en “La Vanguardia”, lo haríamos por estudiar en sólo en español, sin imposición alguna de otro idioma, dialecto o fabla. Bueno, como en Francia, en Inglaterra, en Alemania…

Jesús Flores Thies

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