Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 5 de septiembre de 2010

SOBRE UN GUARDIA CIVIL Y LA SEGURIDAD VIAL.

Un guardia civil, cuyo empleo no cita la noticia de Minuto Digital, ha sido suspendido de empleo y sueldo durante dos meses por denunciar el mal estado de algunas carreteras a través de los medios de comunicación. Así lo ha transmitido la Asociación Mutua Motera (AMM), en la que el agente ocupa el cargo de director de Seguridad Vial.
Igualmente, la Dirección General de Personal y Servicios del Ministerio del Interior le ha prohibido ejercer actividades de voluntariado en pro de la mejora de la Seguridad Vial de los motoristas en la Asociación Mutua Motera.
Y todo ello, teniendo en cuenta que el guardia civil lo hacía de forma altruísta, sin obtener compensación alguna por su asesoramiento y sus estudios sobre la seguridad vial de la que, como miembro de la ATGC (Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) tiene amplios conocimientos.
Esto, a cualquiera le parecerá extraño. ¿Un guardia que no puede asesorar y ayudar a los usuarios de la carretera? ¿Un profesional que no puede utilizar sus conocimientos para ayudar a los demás en su tiempo libre, y sin compensación económica alguna?
¿A que parece absurdo? ¿Se le prohíbe a un abogado que asesore a su vecino en el portal de la vivienda? ¿Se le impide a un médico aconsejar a un hipertenso que no se tome un copazo en un bar? ¿Se le veta a un fontanero que aconseje a un amigo sobre qué grifo poner?
Pues sí que es absurdo, pero se explica. Porque, si los guardias civiles fueran por ahí publicando en revistas, o en ruedas de prensa, o en comunicados, gratuitamente, los fallos de seguridad vial que conducen a accidentes, ¿cómo se iba a justificar el montón de contratos por procedimiento negociado -esto es, sin publicidad y sin competencia- , que se conceden a quienes se conceden, y con objetivos tan curiosos como el estudio del método a emplear para hacer un estudio de tal o cual cosa?
Pues eso.

Publicidad: