Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 28 de octubre de 2009

29 DE OCTUBRE.

Otra vez 29 de Octubre.
Otra vez 29 de Octubre, y otra vez vamos a recordar aquél discurso del Teatro de la Comedia; el discurso fundacional de Falange Española que ni siquiera se llamaba así todavía, pero inflamó los mejores corazones y las más claras inteligencias.
Otra vez 29 de Octubre, y nuevamente podremos leer aquellas palabras proféticas y poéticas sobre el nacimiento del relativismo liberal a lomos del hombre nefasto llamado Juan Jacobo Rousseau, y la justicia que hubo en el nacimiento del socialismo, porque la Falange no recata ninguna verdad.
Otra vez 29 de Octubre, y volveremos a escuchar -o a decir- que no hay más dialéctica que la de los puños y las pistolas cuando se ofende a la Justicia o a la Patria.
Otra vez 29 de Octubre, y volverá a señorear la consigna: está alzada la Bandera; ahora vamos a defenderla alegremente, poéticamente.
Y otra vez -mañana mismo- 30 de Octubre, volveremos cada uno a nuestro retiro, a nuestro castillo de marfil o nuestra covacha; a nuestro cortijo de purismo y a nuestras rencillas de hojarasca pútrida.
No lanzo piedras -aunque de este pecado me creo razonablemente limpio-, porque ya he perdido la fe. La fe en las persona, nunca en las ideas.
Pero se que de nada valdría decir que a ver si dejamos de tocarnos las gónadas y empezamos a marchar en serio -por la Patria, el Pan y la Justicia-, de una puñetera vez.

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